TOFU DON kyoto restaurant , local cuisine 1600 yenes

Un día en Kioto, la situación se agrava, sobre todo cuando tienes una cruda de sake en la cabeza, por un momento me siento como un reactor nuclear, pero este gesto auto burlesco se va rápidamente. Tuve que tomarme una botella, una manera de irme por la tangente ante una situación tan dura.

Una peda de sake, ante tres catástrofes afuera de la ventana (dos son naturales, uno por ineptitud humana) con Sevi, Elizabeth y yo,

Y mientras escribo estas notas viendo tv MILENIO como los springbreakers mueven su rabo auto nalgueándose con playera mojada a la luz del sol; el país del sol naciente sufre por la mañana otra explosión , ahora su reactor número 2, el mismo coctel de hidrogeno y oxigeno, pero esta vez lo nuclear salió al aire. La impresión de ver los pequeños helicópteros tratando de enfriar el reactor desde arriba a cubetazos me abrió los ojos como este último esfuerzo de desesperación ante lo inevitable, RELEASE THE KRAKEN!!

Nos trasladamos a Kioto (huyendo), con una mini maleta y 2 cambios y decidimos olvidarnos del problema de la cercanía de Tokio con la zona de conflicto radioactiva y temblorina. Visitamos algunos templos budistas en la zona central de Kioto Me di cuenta, que los espacios de los templos son sumamente interesantes, espacios muy largos diseñados para disfrutarlo sentado , ya que los marcos de cada cubo espacial sostenido por columnas tienen las leyendas de Japón que solo lo puedes ver cuando estas sentado, así también disfrutas observando las profundidades espaciales, increíble, como un ryokan, el espacio cambia por el deslizamiento de la puerta creando espacios paulatinos .

Templo Hongwanji guarda muchos espacios pequeños escondidos entre su gran tamaño, en uno de esos espacios abiertos se encontraba una gran puerta de caballería antigua, mas de 4 metros de alto, En la puerta se encuentran imágenes de Dragones y creaturas mitológicas. Puerta cubierta momentáneamente de nieve nos separaba del cielo mismo. Intentaba ver hacia el otro lado de la puerta por las pequeñas fisuras que cualquier cosa vieja adquiere con el tiempo. No alcanzaba a observar de quienes provenían los canticos budistas, pero sabía que no menos de30 monjes cantaban bajo la caída de la nieve. Los monjes se movían de lado a lado cantando y recitando ciertas frases budistas. Poco a poco fui descubriendo la magnitud de mi asombro. Los monjes sostenían una ceremonia especial dedicada a las víctimas del Tsunami, una fuerza tremenda de solidaridad. Impactante .Toda el momento embonaba perfectamente, podía morirme en ese momento sin remordimientos.

Saliendo del templo poco a poco se fue esfumando un momento inolvidable para regresar a la realidad. La gente con cara preocupada sostenían conversaciones del tema principal:

GENBATSU!

Mi cabeza se enfrió de nuevo, como si fuera un reactor nuclear pero enfriándose correctamente. Después vi lo invisible, todos los monjes que cantaban salían de repente en fila india, no del templo, sino del SEVEN ELEVEN.

esta es un video dentro del templo.

mañana decidimos si salimos del país o no!